La momia peruana. De las obras postumas, editado por Gerdt Kutscher

Autores/as

  • Max Uhle

DOI:

https://doi.org/10.18441/ind.v3i0.189-198

Resumen

Para dar una idea del carácter y significado de la antigua momia peruana, es necesario definir brevemente las diversas formas de sepultura. Un abundante material informativo para este propósito lo constituyen los grandes cementerios excavados por Max Uhle en el año 1896 en Pachacamac, con sus cámaras o recintos mortuorios, situados a diferentes niveles de profundidad y procedentes de una serie de épocas culturales consecutivas. En la sepultura se observó el mayor cuidado, afanándose por conservar intacto el cuerpo del muerto. Una de las técnicas de momificación más importantes debe haber consistido en deshidratar el cadáver con ayuda del fuego: un proceso relativamente demoroso, que daba el tiempo necesario para la confección de las numerosas ofrendas fúnebres. La posición encuclillada de los sepultados, observada a menudo, corresponde a la manera de sentarse indígena, practicada aún hoy en día, de modo que el muerto se encuentra en el samawasi, "casa del descanso". Para la supervivencia en el más allá, el alma no sólo requiere "dinero", que le es entregado en forma de una pequeña pieza de metal colocada en la boca, sino, sobre todo, ropa y las semillas necesarias para levantar nuevos cultivos. El culto funerario, altamente desarrollado tanto en la costa peruana como en el altiplano, era sobre todo un culto a los antepasados, cuya bendición revestía la mayor importancia para los sobrevivientes.

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Publicado

1975-01-01

Número

Sección

Artículos