Denzil Romero, Enriquillo Sánchez y Zoé Valdés a ritmo de bolero

Autores/as

  • Rita de Maeseneer

DOI:

https://doi.org/10.18441/ibam.2.2002.5.37-54

Palabras clave:

Bolero, Estudios Culturales, Intertextualidad, Novela, Literatura Caribeña, Siglo XX

Resumen

El Caribe “suena” vaticinó Carpentier hace muchos años. Parece que en los noventa los ritmos caribeños se hacen escuchar cada vez más en la polifonía de sus literaturas. Conquistaron un lugar para el bolero y otros géneros afines autores como Guillermo Cabrera Infante en los fragmentos de “Ella cantaba boleros” de Tres tristes tigres (1964), Pedro Vergés en Sólo cenizas hallarás (bolero) (1980), Luis Rafael Sánchez en La importancia de llamarse Daniel Santos (1988). Estos escritores caribeños son fundamentales para las novelas de bolero. Con el fin de reflexionar sobre la riqueza interpretativa que proporciona el recurso del bolero, propongo concentrarme en tres obras caribeñas de los noventa. En los tres casos el bolero ya está presente desde el mismo título. El venezolano Denzil Romero (1938-1999) combina un título de bolero Parece que fue ayer con el subtítulo Crónica de un happening bolerístico (1991). El subtítulo de la novela Musiquito (1993) del dominicano Enriquillo Sánchez (1947) es Anales de un déspota y de un bolerista. Te di la vida entera (1996) de la cubana exiliada Zoé Valdés (1959), es una frase sacada del bolero Camarera del amor.

Descargas

Número

Sección

Artículos y ensayos