Los cien días: La aristocracia criolla y la independencia

Authors

  • Enrique Semo

DOI:

https://doi.org/10.18441/ind.v10i0.195-213

Abstract

En México, la lucha por la independencia empezó como pugna en el seno de las clases dominantes, la oligarquía peninsular–burocracia virreinal, alto clero y grandes comerciantes—organizada en la Audiencia y el Consulado, y la aristocracia criolla – terratenientes y dueños de minas — cuyo instrumento de poder era el Cabildo. Provocó la hostilidad de las clases dominantes, aunque favoreció a los grandes comerciantes españoles, únicos capaces de adquirir las tierras desamortizadas, el decreto de consolidación para la venta de bienes pertenecientes a Obras Pías de diciembre de 1804, que obligó a remitir buena parte de los capitales novohispanos–40 a 50 millones de pesos — a la Metrópoli. La pugna se desarrolló entre junio de 1805 — fecha de la llegada de las noticias de la caída de Carlos IV y su favorito Godoy, primero, y de la abdicación de Fernando VII, después — y septiembre de 1805. El Cabildo logró que el Virrey José de Iturrigaray se pusiese de su lado en el proyecto de una Junta de Congreso de todas las autoridades de la Nueva España. Se opuso al proyecto la Audiencia. Como resultado, los peninsulares se armaron. Decidió la lucha el regimiento de Infantería, única tropa que guarneció la capital, costeado por el Consulado, que el 15 de septiembre arrestó al virrey y a su familia. Así, la lucha por la independencia en su primera fase culminó con la victoria de la reacción.

Published

1985-01-01

Issue

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Articles